La iluminación de primera clase es absolutamente imperativa en la asistencia sanitaria. Puede apoyar a los médicos y terapeutas durante los tratamientos y promover el proceso de curación de los pacientes gracias a una mayor sensación de bienestar. Cuanto más sistemáticamente se utilice la iluminación correcta en hospitales, consultorios médicos, residencias de ancianos, centros de enfermería y clínicas de rehabilitación, mayor será el impacto en la percepción de los pacientes.
Cuanto más natural sea el efecto de la luz artificial, mayor será la sensación de bienestar de los pacientes, el personal y los familiares. La luz correcta en el momento y lugar adecuados puede ser una ventaja competitiva crítica en un sistema de salud caracterizado por una aguda conciencia de los costos. A esto se añade el ahorro que se obtiene como resultado de la reducción de los costos de energía.